Nació en Olivenza en la segunda mitad del siglo XV y murió en 1511. Heredero universal de los bienes de su madre, este clérigo de misa donó a la recién creada Santa Casa de la Misericordia todas sus fincas, que no eran pocas, erigiéndose así en un auténtico fundador material de una institución que ha subsistido hasta nuestros días.