(Utrera, 1757 – Sevilla, 1781)

     Bandolero sevillano cuya memoria permanece viva en Olivenza, el lugar donde fue detenido. En los últimos años de su vida se dedicaba al contrabando de caballos entre Portugal y España. Uno de sus refugios era una casa semiabandonada en la Sierra de Alor. Detenida la mayor parte de su banda en Badajoz por el Regente, se puso precio a su cabeza. Fue denunciado por un antiguo cómplice suyo y finalmente apresado en el cortijo del Pozo del Caño, en el camino de San Jorge de Alor. Murió en la horca. Después fue descuartizado. Sus restos, para público escarmiento, estuvieron expuestos en los cruces de los caminos.

     (Bibliografía: HERNÁNDEZ GIRBAL, F.- Bándidos célebres españoles. Madrid: Lira, 1976)