(Olivenza, 1920 – Badajoz, 1998)

     Hijo de un humilde zapatero, quedó huérfano a los siete años, ingresando en el Hospicio de Badajoz. Estos dos hechos marcaron profundamente su vida y su obra como poeta autodidacta. Comenzó a trabajar a los 16 años en los oficios más variados: albañil, marmolista, peón, descargador,etc…, hasta que pudo ingresar como mecanógrafo en las oficinas de la Pagaduría Militar. Después de un largo período escribiendo para él solo y leyendo todo lo que caía en sus manos, publica en 1949 su primer libro, Ausencia de mis manos, con el cual rompió los moldes estrechos del regionalismo en los que permanecía anclada la poesía de posguerra en Extremadura. A ese título siguieron otros muchos: Los caballos del Alba, En la tierra del cáncer, Presencia mía, Poemas al Hijo, Poesía en la tierra, El cine y otros poemas, Azules sonidos de la música, etc… En 1982, reconociendo la valía de su obra, se le concedió la Medalla de Oro de Extremadura. El Ayuntamiento de Olivenza, por su parte, dio su nombre a la Biblioteca Pública Municipal y le nombró Hijo Predilecto a título póstumo en el año 1999.